martes, octubre 30, 2007

Braga - Guimaraes

Tras una apresurada planificación un par de días antes, que consistió básicamente en la reserva del hotel en Braga, nos lanzamos a disfrutar a fondo de "la cuna de Portugal".

Los braguenses son gente muy reservada, con un carácter muy peculiar, que puede llegar a resultar incómodo y arisco en muchas ocasiones. La clave, descubierta a golpe de numerosos rechazos, consiste en acercarse a ellos al estilo gallego, como si en realidad no estuvieras, sin hacerte notar demasiado. Rota la barrera, llegamos a la faceta humana del braguense: con posos, muchos posos, igual que la ciudad.

Demencial la entrada a la ciudad en coche, como de costumbre en las grandes ciudades portuguesas (toda población con más de 50.000 habitantes). Tras atravesar un largo túnel urbano que desembocaba en el centro, aparcamos donde pudimos y nos dejamos guiar por el TOM-TOM hasta nuestro hotel, que estaba situado en el centro de una galería comercial.

Nuestra primera visita fue al monte do bom Jesus, en una de las montañas que rodean Braga, que está en el centro de un hermoso jardín de bosques. En mitad de la subida, no pudimos dejar de detenernos a contemplar el paisaje en un mirador. De pronto, al darnos la vuelta, descubrimos esta hermosa vista:

Bom_Jesus

Dejamos el coche y subimos a pie las escaleras que nos llevaron hasta la iglesia. Cada uno de los descansillos de la escalera recibe el nombre de "estación", y está cuidadosamente decorado con fuentes con figuras humanas y de animales que manan agua de la nariz, orejas, barriga, etc. Más allá del santuario, continuando la subida, nos encontramos con un hermoso bosque, en el que de forma muy natural se habían añadido pequeños espacios: lagos, jardines, etc.

Bom_Jesus3

Al día siguiente, domingo, seguimos nuestra andadura en Guimaraes, "la cuna de Portugal". En esta ciudad están los orígenes de la nación portuguesa, y eso se nota también en sus habitantes, con los que uno ha de ser más cuidadoso aún que con los de Braga; mención aparte las sencillas y simpáticas gentes de los suburbios, con los que no es necesario seguir ningún tipo de protocolo de acercamiento.

Guimaraes_Centro

De nuevo, un santuario en una de las colinas que rodean Guimaraes, y circundando el santuario, jardines aquí y allá. La Iglesia, centro de la vida política y social de un importante sector de la población. También en el centro de Guimaraes se deja notar esa influencia.

Guimaraes_Largo_3

Con un estupendo sabor de boca, dejamos el norte de Portugal y emprendemos el regreso a tierras extremeñas, accidentado regreso intentando descubrir nuevos pueblecitos por el camino, evitando las caras autopistas de peaje. Repostamos por última vez en tierras lusas a las 10 de la noche del domingo. Atravesamos la frontera española a las 11 menos 10 y la población más cercana (con gasolinera) se encontraba a más de 30 km. La estupenda costumbre de cerrar la mayoría de gasolineras a las 10 u 11 de la noche nos hizo recorrer 120 km en reserva. Milagrosamente, conseguimos llegar a Cáceres sin problemas. Un viaje totalmente recomendable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyendo tu blog, me estoy dando cuenta de que cuando decida adentrarme en Portugal no voy a poder limitarme a Lisboa. :)

agnes dijo...

no, no podras... Lisboa es una pequeñisima parte del Portugal que merece ser visitado :D

no he estado nunca en Braga, pero tiene una pinta muy atractiva...

incursión en Portugal ya!!

;)