jueves, marzo 16, 2017

De vuelta

Me ha costado un rato volver a entrar en mi blog, que releo de forma silenciosa de vez en cuando. Igual que el de unos pocos amigos a los que continúo siguiendo, también de forma silenciosa. No sé qué razón me llevó a dejar de hacer algo que me gustaba: publicar. Ahora vuelvo por razones que sí se me muestran claras: facebook y/o twitter no son suficientes. En general, no me valen los pensamientos en "flash" típicos de estas plataformas. ¡Incluso hay quien critica cuando pongo alguna entrada larga en facebook! Qué le vamos a hacer, yo soy de los que necesitan espacio para explicarse, para exponer sus ideas. Quizás necesito ese espacio porque dudo de todo. O no, no lo sé. Vuelvo porque mi blog es más mío que Facebook, aunque tenga controlado el acceso a sólo mis amigos. Seguramente esto lo vea mucha menos gente, pero eso no me preocupa. Mejor así.

Sea como fuere, casi cuatro años después de mi última entrada, aquí estoy de nuevo. Cerca ya de los cuarenta (¡ay Dios mío, la muerte!). Sí, 40 años, con números, que asusta más. Las cosas en mi mundo siguen en su sitio, o bueno, en el sitio que yo he querido darles. La vida me trata bien. Echo de menos a mucha gente, no porque se hayan ido (no es que hayan cascado, vaya), sino porque ... bueno, pues eso, porque no los veo tan a menudo como me gustaría. Kwin, Lo, no sabéis cuánto me alegro de que el pequeño Mario esté con vosotros: padres así son los que necesitan los niños de hoy en día. Y echo de menos también a gente a la que veo habitualmente: mis padres envejecen, especialmente mi padre, que se está dejando ganar por la vejez. Me asusta el hecho de que estoy empezando a sentir por él la misma ternura y compasión que sentía por mi abuelo en sus últimos años de vida. Mi madre aún sigue con nosotros, vital, con ganas, con planes. Pero bueno, como digo, no me quejo: la vida me trata bien. Siempre fui, siempre soy consciente de lo frágil que pueden ser este tipo de situaciones, que no tenemos todo el tiempo del mundo, que si tu situación te permite disfrutar del momento estás obligado a hacerlo. Hay quien a esto lo llama "angustia", lo de pensar que las cosas pueden cambiar a peor, pero yo lo veo como una bendición.

Vuelvo con la idea de dejar en este diario mis recuerdos, como hice durante diez años en mis blogs. Me gusta, me reconforta. Hoy empiezo.

2 comentarios:

KD dijo...

¡HEY, HAS VUELTO! Nunca he dejado de asomarme cada cierto tiempo a ver si estabas por aquí. Tu comentario de hoy en "Sup3ia" me ha arrancado una sonrisa, porque he sabido que había algo nuevo que ya no se iba a olvidar (guiño, guiño...).

Veo que con el tema de Facebook y Twitter (ni siquiera tengo cuenta de este último) por fin te ha llegado la epifanía del "basta ya de chorraditas y pulgares para arriba..., necesito explayarme, reflexionar...". Siempre he pensado que esto del blogging merece la pena, es menos superficial, más reflexivo. Pese a los altibajos seguimos aquí, a veces silenciosos como has dicho, pero aquí. Me alegra tu vuelta.

Un abrazo (ya deberíamos ir buscando un momento para nuestra visita anual :P).

Chisco dijo...

Sí, ya toca visita!