Hoy,
un joven ha muerto en el encierro de los sanfermines.
La vida está llena de riesgos, sí, pero seguro que la familia de este muchacho de 27 años se pregunta por qué a él se lo pusieron tan fácil. ¿Que era un adulto y podría perfectamente haber decidido no estar en el recorrido del encierro? sí, pero ¿hasta qué punto es justificable el que se suelten por las calles de una ciudad una manada de toros bravos de 600 kg? Para mí, no es justificable. Independientemente de la responsabilidad que pudiera tener (o no) el que se ponga delante de los toros, la administración (el ayuntamiento de Pamplona, Navarra, el Estado Español) también tienen su responsabilidad. Y mucha. Casi toda.
Peor aún es cuando el que muere ni siquiera ha decidido arriesgarse en la fiesta popular de turno. En arroyo de la luz,
un policía local murió en una de estas "queridísmas" fiestas populares que consisten en este caso en que una manada de caballos (con sus jinetes) crucen a toda velocidad una de las calles del pueblo, llena de gente, en la que los policías tratan como pueden de que el público no invada la zona por la que corren los caballos. Sí, el ayuntamiento declaró 3 días de luto, las fiestas se suspendieron, pero ... ¿merece la pena poner en riesgo la vida de las personas por una fiesta popular arcaica y peligrosa como ésta? más aún cuando, como digo, el agente no eligió estar allí.
Algún día, confío, saldremos de la caverna y no necesitaremos valernos de fiestas y tradiciones machistas en las que los más bestias del lugar desahogan sus más bajos instintos poniendo en grave riesgo sus vidas y, en muchos casos, las de los demás. No a los
san juanes de Coria, no a
san Fermín, no al
día de la luz de Arroyo de la Luz ... en resumen, no a permitir que los menos evolucionados de la especie saquen a pasear gratuitamente sus instintos cavernarios.