domingo, junio 03, 2012

Un mes de infarto

Un mes, más o menos, para decidir de una vez si seguimos repitiendo el fracasado esquema de rescates a la Griega, Irlandesa o Portuguesa, o si se prueba algo nuevo en España (e Italia). Como en Irlanda, la deuda privada (la de la banca, la de los particulares, la de las empresas) puede tumbar al Estado. El peso sobre el PIB que esta deuda supone en España, y lo que nos piden para arreglarla, está a años luz del problema Irlandés. Pero como es el enfermo que más se nos parece, las similitudes ya están hechas. En el enlace, un artículo de El Mundo sobre las responsabilidades morales de deudores y prestamistas. Muchos tenemos la sensación de que la rama dura (con Alemania a la cabeza) simplifica demasiado lo que ocurre en el sur. Simplifican porque no entienden lo injusto de castigar a millones de ciudadanos por la irresponsabilidad de otros (sí, vale que son muchos, pero esos otros irresponsables están tanto en el norte como en el sur. Recuerden: responsabilidad moral de deudores y prestamistas). Simplifican porque cuando se comenten injusticias de tamaña magnitud sobre millones de ciudadanos responsables, las consecuencias son mucho peores que los remedios que podríamos aplicar. Yo, como ciudadano, he asumido que tengo que sacrificarme por la irresponsabilidad de muchos españoles. Estoy pagando ya una tasa directa de casi 2000€ líquidos al año para esto (en forma de reducción de salario), además de más impuestos y de soportar cómo se reducen los servicios públicos. Lo asumo porque no hacerlo, no aceptar que hay que proporcionar esa ayuda, supondría una ruptura social, violencia y, probablemente, la caída de esta imperfecta democracia que tenemos para que viniera algo mucho peor. Parece sencillo y lógico, ¿verdad? Pues no, en el núcleo de Europa parecen decididos a ejemplarizar a todos. A castigar a todos. A todos los deudores, claro. De los acreedores irresponsables no dicen nada. Y, qué queréis que os diga, creo que ha llegado el momento de dar el puñetazo sobre la mesa. Italia, Francia, Irlanda, Portugal y Grecia (por lo menos éstos, y algunos más) gritan para que cambien de una vez la política del BCE y para que la CE (órgano que directamente eligen los ciudadanos, y que pinta una bendita mierda en la política Europea) influya realmente en la política europea. Nadie puede tacharme de oportunista, porque he dicho lo mismo cuando cayeron Grecia, Irlanda y Portugal. La Europa de hoy se está construyendo sobre las lágrimas de millones de sus ciudadanos. Y, encima, hay "norteños" empeñados en que hay que echar a Grecia. No me vale con que no sabían lo que ocurría allí (pregunten a Mr. Dragui, tan reacio ahora a ayudar a España: veremos a ver si es tan lento cuando sea Italia la que vuelva a tener problemas). No me vale porque sí lo sabían. Grecia es Europa y eso no debe cuestionarse jamás. Y si alguien lo cuestiona, si algún político lo pone en tela de juicio, el que debe irse es él. Queda un mes. O menos. Hasta entonces no publicaré nada.

4 comentarios:

Gandalf dijo...

No te preocupes, yo ya estoy viendo brotes verdes.

Como algunos me habéis escuchado hace ya tiempo, la postura de Alemania era artificial. Aquí está su verdadero objetivo, hacer una Europa más alemana y realmente creo que ésa va a ser la única salida posible de la crisis, la única que nos va a dar Alemania.

Resumiendo, perder soberanía a favor de rescatarnos.

Soy europeista y se que me vas a dar en la cabeza, pero sinceramente, viendo a dónde hemos llegado gracias a nuestros gobernantes y viendo a donde han llevado Alemania los suyos... casi me parece una buena idea...

KD dijo...

Sinceramente, lo único que me apetece hoy es empezar a quemar sucursales bancarias. Está siendo un mes nefasto y toda esta mierda de situación está empezando a salpicarme muy de cerca... Cada vez estoy más convencido de que la única "solución" para esto es una completa rutura del sistema, en la que ruede la cabeza de hasta el último de esos hijos de puta a manos de la gente que está desayunándose con su mierda cada mañana.

KD dijo...

... Y bueno, ahora que ya he soltado pestes por la boca, me adhiero a Gandalf. He leído el tema de los Eurobonos esta mañana y creo que a estas alturas lo mejor es renunciar a esa identidad tan "cañí" de la que algunos están tan orgullosos, pero que tanto daño nos ha hecho (en fin, toros en lugar de trabajo, qué os voy a contar...). Parece que la "alemanización" es la opción más digna que nos queda (lo cual no tiene que ser malo), y tender a una Europa más federada en la que el poder económico y político esté verdaderamente homogeneizado y orientado a un bien común. Aunque sea Alemania quien determine cual es ese bien común (ya que nosotros no hemos sabido conducirnos). Quiero confiar en que este es un proyecto sólido y no una nueva guerra -esta vez económica- en la que el fin último sea que nosotros paguemos la jubilación de nuestros vecinos del norte... De todas formas está claro que la política y la sociedad ha perdido la contienda contra los mercados. Eso sí que es una tragedia.

José Manuel dijo...

No creo que Alemania quiera eurobonos. Los alemanes de la calle no piensan que somos su mercado, ni que estamos así en parte para que ellos pudieran financiar su reunificación. Piensan que Alemania paga mucho y en el sur, coño, el sitio ese donde van de vacaciones a tajarse, han trabajado poco y mal. Yo creo que lo que hay, salvo que algún dirigiente alemán pase de político a estadista, es que cada palo aguante su vela,