miércoles, mayo 31, 2017

Tiempos Convulsos

En tiempos convulsos, siempre hay unos pocos que aprovechan que el Pisuerga pasa por Valladolid. Bueno, igual no tan convulsos según estas estadísticas. Después de cada atentado, hordas de reaccionarios se lanzan a despotricar contra todos los musulmanes. No hacen distinción, todos son terroristas en potencia. En su ignorancia, o en su maldad, son incapaces de distinguir entre lo que es una sociedad atrasada y con importantes carencias en las libertades individuales (como lo era España) y lo que es un terrorista, un asesino. La muerte que a nosotros nos golpea cada cierto tiempo a ellos lo hace día sí día también, pues ellos también son víctimas diarias del extremismo que ocasionalmente sufrimos en Europa.

Muchas de las reacciones al comercial de Zain Telecom por el Ramadán tampoco me han sorprendido: que si la mujer en el vídeo tiene un papel testimonial, que si el cristianismo no aparece ... volvemos a lo de antes: hay quienes jamás serán capaces de ver nada positivo que venga  de según qué latitudes. Muchos ven un negocio en el enfrentamiento, en la guerra.

Muchas veces me he quejado de lo "políticamente correcta" que llega a ser a veces nuestra sociedad. Pero pongo el acento sobre la falta de libertad que sufrimos cuando esto ocurre no cuando otros lo usan como escudo para proferir sus prejuicios racistas/homófobos/machistas de turno. También me quejo de lo fina que tenemos la piel a veces al recibir críticas. Pero se cruza la línea roja cuando creemos que es "políticamente correcto" o "buenista" no poder decir cosas como que los musulmanes son todos unos terroristas hijos de puta o, en su defecto, gentuza a la que le da igual que nos maten. O que los maricones se están pasando con esto de ser iguales que las personas normales, o que ya cansa que las mujeres se quejen tanto, si total, no están tan mal.

Hace algún tiempo escribía que los que andamos ya por la cuarentena jamás hemos perdido el miedo que sentíamos en una sociedad que señalaba y se mofaba de los homosexuales. Estábamos acostumbrados a escondernos, acostumbrados al miedo. No imaginábamos, ni en nuestros mejores sueños, lo que iba a venir después: la ley se puso por delante de los prejuicios y de la homofobia de una parte no poco importante de la sociedad española. Pero ese germen aún está presente y cada día lo siento más fuerte. Resulta que hay que creerse que lo de la foto en la que se obvió a la pareja del primer ministro de Luxemburgo fue un inocente error y que la reacción de las asociaciones LGTB ha sido exagerada y ya cansa que "estos putos gays tengan la piel tan fina". Sí. Seguro que fue un error. Qué queréis que os diga, no hay que dejar pasar ni uno de estos "inocentes" errores. Por cierto, que lo de la foto además de homófobo tenía un tufo machista que tiraba para atrás ... ¿qué es eso de "primeras damas"?

Volviendo al tema de los derechos LGTB ... vale, asumo que estas asociaciones a veces se pasen de frenada, por supuesto que es posible que cometan errores. Muchos. Por ejemplo la homogeneización. Parece que todos los gays son iguales. Pero en el fondo subyacen muchos años de injusticia, de sufrimiento, de vidas perdidas, de vidas fingidas, de miedo, de terror ... ese miedo que no es pasado, que aún está presente. Y cuando un animal tiene miedo (los humanos seguimos siendo animales), a veces sobrerreacciona mordiendo. España/Europa y pocos sitios más son un oasis. El resto del mundo sigue siendo un lugar hostil en el que obligatoriamente tenemos que permanecer ocultos si no queremos llevarnos, como poco, una mala contestación o una paliza. Como mucho, la cárcel, la tortura y el asesinato. Sí, Europa es un oasis pero día sí día también tenemos que escuchar a gente que pone en duda la decencia de nuestras familias (véase el obispo Catalán que recientemente dijo que los homosexuales lo son por tener un padre ausente) o la nuestra propia (la campaña de HazteOir en las escuelas fue y es vergonzosa). Cansa, cansa mucho. Agota. ¿Os imagináis campañas igual con los musulmanes o los negros? Intolerable, ¿verdad? Os pido que hagáis una prueba: preguntad a vuestros amigos homosexuales si, en el caso de que hubieran tenido la oportunidad en su adolescencia de tomarse una pildorita que los convirtiera en heterosexuales lo hubieran hecho. Yo lo hubiera hecho. Todos los que conozco lo hubieran hecho. No porque sintiéramos que estábamos enfermos, sino por el sufrimiento que comenzamos a vivir en la época. En mi caso, falta de integración en la pandilla que resultó en la pérdida de todos mis amigos de entonces. Jamás sentí por parte de ninguno de ellos la cercanía o comprensión suficiente como para abrirme. La cosa mejoró en la universidad (era eso o morir), pero el agotamiento y la sensación de fragilidad extrema que sentía al exponerme con mis amigos de entonces y mi familia después no fueron nada agradables. Ahora no me tomaría esa pildorita ni loco, mi entorno y las leyes de mi país me permiten vivir protegido y sin demasiado miedo a los muchos reaccionarios que aún quedan y, lo que es más importante, no cambiaría por nada del mundo mi vida con la persona que tengo a mi lado desde hace 14 años.

Soy consciente de que, a pesar de los muchos problemas de nuestra sociedad y de esta imperfecta democracia, vivimos en un oasis espacio-temporal que espero dure lo máximo posible. Pero también estoy convencido de que asistimos a otro intento por parte de lo peor de nuestra sociedad por volver a tiempos pretéritos que nunca fueron mejores.


2 comentarios:

Chisco dijo...

Continúa el festival con una asociación de empresarios gallegos ... http://www.eldiario.es/galicia/revista-asociacion-empresarios-equipara-homosexualidad_0_649535326.html

Unknown dijo...

No creo que haya que buscar motivos para justificar 'sobre-reacciones'. Es tan fácil como ver las barbaridades que llegan a decir los que están en el otro extremo ideológico.

A menudo creo que aunque una reacción esté sobredimensionada en su tono (o en su forma), hay que buscar el motivo un poco más allá del hecho que motiva la reacción. A veces nos fijamos demasiado en 'la gota que colmo el vaso' y perdemos de vista cómo se ha ido llenando.

Igualmente creo que es sano reconocer cuándo una reacción no es proporcional o está sobredimensionada. Pero mucho me temo que en este país nuestro tan sectarista, sería imposible hacer una crítica realista sin que le tachen a uno de 'anti'lo que toque.

La manera en la que los medios se hacen eco de una u otra cosa nos ofrece un espectáculo que a veces poco tiene que ver con la realidad de un colectivo que aún tiene que reivindicarse demasiado a menudo. Y desde luego no debemos desanimarnos porque a veces alguien grite más de la cuenta o no sea todo lo educado o políticamente correcto que debería.