viernes, agosto 18, 2006

Adios

Como todos los días, cuando llego abro la puerta de su despacho para darle los buenos días. Él siempre está alli. Me mira a los ojos y responde amablemente a mi saludo. Noto, al instante, que le he "pillado" mientras sentía. Sobre la mesa está su carta de despedida. Al rato, suena mi teléfono. El número 23, su número, aparece en la pantalla del aparato:

- ¿Chisco?
- Dime José.
- ¿Podría me corrigir un documento?
- Claro. Pásamelo por la red.

Su carta de despedida. José, por instinto, salpica sus documentos con algunas palabras portuguesas, por lo que siempre me pide que les eche un vistazo antes. Éste ha sido el documento más difícil que ha pasado por mis manos. Cuando termino de corregirlo, imprimo cinco copias y se las llevo a su despacho. Entro, me inclino detrás de él, junto a la mesa, y se las entrego en la mano. Miro el despacho. Está lleno de cajas y la mesa parece más vacía que nunca. Respiro profundamente y salgo. Vuelvo a mi mesa, me siento y me emociono.

Al rato, Conchi llega y me da una carta que han escrito como despedida para José. Me pide que la firme. Miro la carta. Miro a Conchi. Rápidamente, llevo mi mano a la cara y trato de ocultar todo lo que puedo el llanto que se aproxima.

Durante mucho tiempo, José para mí fue un cabrón, con todas las letras. Poco a poco, su corazón llegó a mí, le comprendí y me di cuenta de que realmente sentimos y percibimos de forma muy parecida. Hoy me he dado realmente cuenta de que se va. Hoy me he dado realmente cuenta de cuánto voy a echarlo de menos.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Es magnífico que hayas conseguido una relación tan fantástica con tu jefe. Envidiable diría yo. Y aunque tu despedida suene por momentos a epitafio, me parece cargada de emotiva sinceridad. Esto me hace pensar que un jefe puede promover sentimientos que lamentablemente uno puede llegar a perder por alguien tan cercano como un familiar de sangre... Quzás al mundo le falten más jefes como ese o más sentimiento como el que expresas.

Anónimo dijo...

Este es un mundo en constante cambio... A mí me espantan los cambios, esa es la verdad.

En este momento estas viviendo un gran cambio, al menos en lo referente a tu status laboral. Es un momento duro gracias a la fantástica relacción "más allá de lo laboral" que has conseguido con tu jefe. Pero tambiçen es un momento de oportunidades, para ambos. Las cosas ya no serán como antes, pero piensa que pueden ser mejor.

Ojalá, si algún día soy jefe, alguien sienta por mí lo mismo que tú ahora.

Anónimo dijo...

Bueno S. ya tienes un curry a tu disposición, por algo se empieza ¿no? :PPP

Chisco dijo...

Un curry? qué curry?

Anónimo dijo...

Dos currys, para más señas... pero creo que no soy buen jefe :S

No valgo pa esto... diox...

Chisco dijo...

Verás como sí... siempre q haya mucho trabajo q hacer,pq si no ya puedes rebanarte los sesos pa mantenerlos ocupados.;-)

Anónimo dijo...

Trabajo hay a "paladas"... pero ¿seré buen jefe? ¿seré capaz de darles la carga justa de trabajo? ¿Estarán a gusto trabajando conmigo? ¿Les pareceré una torpe que no sabe lo que tiene entre manos? ¿demasiado colegueo? ¿Demasiado poco colegueo? ¿sabré resolver situaciones límite con solvencia? ¿sabré hacerles trabajar en equipo? ¿sabré trabajar en equipo siendo el "jefe"? :S ...

... a veces no me gusta nada esta preocupación extrema por la perfección... sobre todo cuando la perfección me queda taaan lejos (lloro).

Chisco dijo...

Seguro que alguna vez te encontrarás con alguno que sepa mucho más que tú, pero no es el conocimiento lo que hace al jefe (conocimiento técnico, al menos), son otras sus cualidades. Por ejemplo, hacer que sepan trabajar bien en equipo, que se sientan responsables de algo (aunque sea de abrir el grifo del agua, da igual), etc.

Anónimo dijo...

Gracias por los ánimos ;)