sábado, diciembre 16, 2006

Historias de mi padre

Quizás mi padre sea una de las personas más sensibles que conozco. También de las más calladas. Apenas habla. Si se le observa, parece siempre absorto, en su mundo, pensando sabe Dios qué cosas. Dicen que yo me parezco mucho a él, en el carácter, aunque lo de hablar poco está un poco menos desarrollado en mí.

De vez en cuando nos sorprende con curiosas historias, muy humanas siempre, que no hacen sino recordarme que lo que le da a mi padre ese aspecto trascendente, serio a veces, es que todo lo que ha pasado por su vida le ha dejado una profunda huella. La vida misma le sobrepasa. Como a mí.

Hoy nos contaba que de chico estuvo "a punto de palmarla de tifus" (palabras textuales). Fue hace unos sesenta años, él tendría siete u ocho años. Estaba jugando a los bolindres con unos amigos y comenzó a sentirse mal. Fue inmediatamente a su casa, a ver a su madre y le dijo que estaba "muy malito". Estuvo unos días en cama y no daban con lo que tenía. Lo dieron prácticamente por muerto hasta que un médico amigo de la familia dió con el diagnóstico correcto. "Estaba como una garrapiñada, ni oía ni me movía ni ná de ná". Me dice también: "fíjate tú, si hubiera muerto entonces nadie se acordaría de mí ahora". Desde luego que si muere antes que yo, mis hermanos y yo mismo y toda la gente que nos rodea se acordará de nuestro padre mientras vivamos. ¿Quién se acordará de mí cuando haya muerto? Genial, mi padre. :-)

3 comentarios:

Maui Ramirez dijo...

¡Qué bonito es este post!

Chisco dijo...

Hola maui! Qué tal se presenta la navidad? Saludos a Manuel ;-)

luis.[tic616] dijo...

Hola ,soy nuevo en el blog y este post me ha emocionado. Es para reflexionar lo vulnerables que podemos ser